jueves, 3 de junio de 2010

Impresionismo


Aunque algunos autores consideran que el cambio general de dirección en las artes había ocurrido en el siglo XVIII y concretamente con el Romanticismo, "muchas de cuyas ideas permanecen activas"", hay unanimidad entre todos ellos sobre la importancia del Impresionismo como un primer rompimiento consciente con la tradición renacentista y académica, y como gérmen del talante innovativo que, a partir de su surgimiento, ha prevalecido en el área de las artes plásticas.
El Impresionismo no fue una escuela homogénea y con principios claramente definidos, sino una asociación bastante libre de talentosos artistas, aunados por una relativa comunidad de objetivos con el propósito fundamental de exponer. Estos artistas se reunían con frecuencia en los cafés parisinos junto con otros intelectuales como los críticos Theodore Duret y Georges Riviere para comentar los acontecimientos y exponer sus posiciones y argumentos en materia pictórica. En una de esas reuniones y posiblemente como consecuencia del rechazo de las obras de Paul Cézanne, Claude Monet, Pierre August Renoir, y Alfred Sisley del Salón Oficial de 1873, tomaron la decisión, bastante revolucionaria en ese entonces, de organizar exposiciones independientes.
La primera de estas exposiciones tuvo lugar en abril de 1874 en el estudio del fotógrafo Nadar (quien posteriormente lograría algunas imágenes de tipo impresionista con la cámara) y en ella participaron, aparte de los mencionados, Edgar Degas, Armand Guillomin, Eugene Boudin, Berthe Morisot y otros artistas constituidos en una "Sociedad Anónima de Pintores, Escultores, Grabadores". En total los impresionistas llevaron a cabo ocho exposiciones (en 1874, 76, 77, 79, 80, 81, 82 y 86), uniéndose a ellos durante su transcurso Gustave Caillebotte, Mary Cassatt y Jean Louis Forain. El único artista que participó en todas las muestras fue Pissarro. Edouard Manet, considerado como una de las figuras más influyentes del grupo no participó en ninguna, como tampoco Frederic Bazille quien había muerto en la guerra Franco-Prusiana pero quien es considerado como uno de los nombres más descollantes del movimientos.
El crítico Louis Leroy resumiría en un artículo publicado con motivo de la primera muestra de esta "sociedad anónima" la reacción negativa que en general causaría su pintura. Leroy se refiere a la exposición a la manera de diálogo satírico, burlándose del dibujo de Renoir, de los paisajes de Sisley y Pissarro, de la pincelada de Morisot y especialmente, del cuadro Impresión: Sol Naciente de Monet al que se refiere en los siguientes términos:
Impresión estaba seguro de ello. Acababa de decirme a mí mismo que ya que yo estaba impresionado tenía que haber alguna impresión en él... y qué libertad, que habilidad técnica! El papel de colgadura en estado embrionario está más terminado que este paisaje marino.
Apoyado en esta obra, además, Leroy tituló peyorativamente su artículo como Exposición de los Impresíonístas, bautizando así, sin proponérselo, a este influyente movimiento artístico.
Pese a que las obras de Monet y Degas están relacionadas con el arte clásico, puede afirmarse que el grupo se opuso radicalmente al entrenamiento académico y que, propendiendo siempre por un mayor naturalismo, repudió los temas históricos e imaginarios interesándose en cambio en el registro de la vida cotidiana y del paisaje. En su pintura, no obstante, la naturaleza pierde peso, densidad y dureza, mientras se enfatizan elementos fluidos e impalpables como el agua, la luz, los reflejos, la niebla y el tiempo. La inestabilidad cumple un papel decisivo en sus obras, impulsando el remplazo de los conceptos pictóricos establecidos por una más libre interpretación de las formas y de los contornos en la cual cuenta de manera preponderante la representación de los efectos de la luz sobre distintas superficies. En otras palabras, su arte parte de una cuidadosa observación del mundo, importándoles más la apariencia temporal de las cosas que sus posibilidades emotivas.
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Expresionismo

El término Expresionismo comienza a cobrar fuerza en 1911 cuando en una exposición llevada a cabo en Berlín se designó con este apelativo el área dedicada a los pintores fauves, pero pronto pasaría a ser utilizado genéricamente para referirse a todas las corrientes modernas imperantes en esa época. En la actualidad se utiliza especialmente en relación con los artistas alemanes de los grupos El Puente y El Jinete Azul organizados en 1905 en Dresde y en 1911 en Munich respectivamente, así como el trabajo de algunos artistas de fuera de Alemania quienes se acogieron o coincidieron por aquel entonces con la idea de que la expresión de sentimientos y emociones es la verdadera meta de las obras de arte. En su trabajo se subordina técnica y tema en favor de la expresión personal, generalmente a través de componentes como oscuridad, misterio y especulación metafísica, que algunos críticos sin negar su ocurrencia en otras culturas- consideran característicamente teutónicos.
Expresionismo, no obstante, es un vocablo que después de acuñado (por Herwarth Walden, director de la revista Sturm) ha sido empleado igualmente para referirse a expresivos énfasis y distorsiones que pueden hallarse en las artes visuales de muchos períodos. Por ejemplo, se dice que son expresionistas las obras de Mathias Grünewald y de El Greco, y también que lo son los trabajos de Jackson Pollock y el Guernica de Pablo Picasso. En este sentido el término es equiparable a Romanticismo y Barroco, puesto que se utiliza como un concepto crítico y estético aludiendo a sus connotaciones más generales.
Pero volviendo al sentido que interesa en este escrito el Expresionismo fue un movimiento deliberadamente opuesto a la fiel representación de la naturaleza y empeñado en cambio en la comunicación de tensión y emociones como propósito primordial del arte. La intuición de dar un sentido psicológico y simbólico a sus obras llevó a los artistas de este movimiento a sacrificar cualquier tipo de orden y equilibrio ante su ímpetu distorsionante, así como a utilizar línea, forma y color por sus posibilidades expresivas y no como medios simplemente interpretativos.

Entre los más cercanos precursores del Expresionismo se cuentan: aparte de Van Gogh el artista noruego Edward Munch y el belga James Ensor, y entre sus más destacados exponentes figuran Ernst Ludwig Kirchner, Karl Schmidt-Rottluff, Erich Heckel, Emil Nolde y Max Pechstein (integrantes de El Puente) y Wassily Kandinsky, Alexey von Jawlensky, Franz Marc, Paul Klee y August Macke (integrantes de El Jínete Azul, así como el pintor austríaco Oscar Kokoschka y el ruso radicado en Francia, Chaim Soutine. Los escultores Whilhelm Lehmbruck y Ernst Barlach también se clasifican con frecuencia dentro de esta corriente. Algunos autores extienden el Expresionismo hasta cubrir los pintores del movimiento Nueva Objetividad, Georg Grosz, Otto Dix y Max Beckmann, dadas sus continuas distorsiones y exageraciones, a pesar de propender esta vertiente por una representación más detallada de la realidad.

Cubismo



Como en el caso del Fauvismo el nombre del Cubismo se debe al crítico Louis Vauxcelles quien en 1908 describió peyorativamente unas pinturas de Georges Braque como "compuestas por cubos . También como en el caso del Fauvísmo y del Impresionísmo por consiguiente, el nombre fue resultado de una indirecta contra el tipo de pintura que representaban los trabajos del grupo. Pero hasta ahí llega el parecido del Cubismo con corrientes anteriores, caracterizándose este movimiento por su ánimo revolucionario e iconoclasta y por su empeño en cambiar prácticamente todas las nociones y convenciones de la pintura.
El Cubismo puede además considerarse como una reacción contra la sensualidad del Impresionismo y el decorativismo de los fauves. Los cubistas repudian el interés intrínseco del tema, la representación de luz y atmósfera y toda indicación de movimiento, concretándose temáticamente a la naturaleza muerta y cromáticamente a unos pocos colores mas bien mustios. Rechazan así mismo todo asomo de perspectiva clásica o científica y de ilusión tridimensional en favor de una nueva perspectiva de planos semitransparentes, superpuestos y entrelazados, y subordinan todo atractivo sensual a sus propósitos decididamente intelectuales. Aún cuando parezca paradójico, el Cubismo es a la vez un movimiento figurativo, anti-naturalista y germen de todos los movimientos abstractos que habrían de desarrollarse posteriormente.
Una de las obras maestras del siglo XX, Las Señoritas de Avígnon, realizada por Pablo Picasso en 1906, es considerada como el primer cuadro cubista (aunque hay autores que no aceptan esta apreciación ) dado que evidencia lo que podría calificarse como las principales fuentes del movimiento: la influencia del trabajo de Paul Cézanne y la atención a la escultura africana. Tanto la sensación de estructura y solidez que logra Cézanne reduciendo los objetos a las formas más básicas, como la importancia que se da en la escultura africana a la idea que se tiene del tema y no a su representación naturalista, son dos principios que respaldan los trabajos de este estilo a través de todas sus etapas.
De la colaboración iniciada en 1907 entre Picasso y Braque la cual fue tan estrecha que sus trabajos de este período sólo son fácilmente diferenciadas para el estudioso experimentado- surgió el Cubismo. La mayoría de los críticos se acoge a la división del movimiento en una primera fase sintética y una segunda fase analítica, división planteada originalmente por Juan Gris, quien complementa el triunvirato de los grandes maestros cubistas. Otros pintores de reconocida importancia cuyas obras en ciertas etapas pueden calificarse como adscritas o influenciadas por esta corriente son: Albert Gleizes, Jean Metzinger, Fernand Leger, Jacques Villon, Francis Picabia y Robert Delaunay.

Futurismo



Influido en parte por la Patafísica de Alfed Jarry y Remy de Gourmont y por procedimientos literarios que como el verso libre de Jules Laforgue no asumían ninguna tradición formal ni cultural previa, Marinetti fue llegando a concebir esta nueva estética. El futurismo fue llamado así por su intención de romper absolutamente con el arte del pasado (el llamado Pasadismo) al considerar que los museos son equivalentes a los cementerios, en especial en Italia, donde la tradición artística del pasado brotaba por doquier y lo impregnaba todo. Había que hacer, pues, tabla rasa del pasado y crear un arte nuevo desde cero, acorde con la mentalidad moderna, los nuevos tiempos y las nuevas realidades. Para ello toma como modelo las máquinas y sus virtudes: la fuerza, la rapidez, la velocidad, la energía, el movimiento, la deshumanización. Diametralmente en contra del Expresionismo, un ismo o vanguardia humanista un poco posterior, dignifica la guerra como espacio donde la maquinización, la energía y la deshumanización han alcanzado cotas máximas. Proscribe lo sentimental y lo anecdótico y no asume absolutamente nada del pasado, ni siquiera la métrica en literatura. Intenta sustituir los nexos por notaciones algebraicas y buscar un léxico radicalmente hechido de tecnologismos y barbarismos, plagado de infinitivos, exclamaciones e interjecciones que denotan energía. Cultiva además una interesante forma de teatro, el llamado teatro sintético, en que las acciones ocurren a velocidad de vértigo y el argumento se desarrolla y acaba en apenas diez minutos, y se elude el elemento humano ocultando las figuras humanas, que sólo pueden adivinarse por metonimia (sólo se ven los pies de los actores).
La estética futurista pregona también una ética, de raíz fundamentalmente machista, misógina y provocadora, amante del deporte y de la guerra ("única higiene del mundo", según Marinetti), de la violencia y del peligro. Igualmente, el futurismo y el propio Marinetti fue politizándose cada vez más hasta coincidir con las tesis del fascismo, en cuyo partido ingresó el italiano en 1919.
El Futurismo fue un movimiento fundamentalmente italiano y de carácter literario (el propio Marinetti), plástico (el pintor argentino Emilio Pettoruti y los pintores italianos Gino Severini, Carlo Carrà, Giacomo Balla o el escultor Umberto Boccioni), arquitectónico (Antonio Sant'Elia) y musical (el ruidismo del compositor Luigi Russolo, antecedente directo de la llamada música concreta), pero tuvo algunos seguidores en Rusia (el poeta Vladimir Maiakovski), en Bélgica (el escritor Émile Verhaeren) y en Portugal (Fernando Pessoa, quien divulgó el movimiento a través de la revista Orpheu, 1915); sin embargo, tras alcanzar su culmen a mediados de los años veinte, la estética futurista fue disgregándose hasta desaparecer en la década de los cuarenta.

Surrealismo



El Surrealismo comienza en 1924 en París con la publicación del "Manifiesto Surrealista" de André Breton, quien estimaba que la situación histórica de posguerra exigía un arte nuevo que indagara en lo más profundo del ser humano para comprender al hombre en su totalidad.
Siendo conocedor de Freud pensó en la posibilidad que ofrecía el psicoanálisis como método de creación artística.
Para los surrealistas la obra nace del automatismo puro, es decir, cualquier forma de expresión en la que la mente no ejerza ningún tipo de control. Intentan plasmar por medio de formas abstractas o figurativas simbólicas las imágenes de la realidad más profunda del ser humano, el subconsciente y el mundo de los sueños. Para lo que utilizan recursos como: animación de lo inanimado, aislamiento de fragmentos anatómicos, elementos incongruentes, metamorfosis, máquinas fantásticas, relaciones entre desnudos y maquinaria, evocación del caos, representación de autómatas, de espasmos y de perspectivas vacías. El pensamiento oculto y prohibido será una fuente de inspiración, en el erotismo descubren realidades oníricas, y el sexo será tratado de forma impúdica.

Hiperrealismo




Conocido también como realismo fotográfico o realismo radical, el Hiperrealismo es la escuela pictórica de tendencia realista más absoluta de la historia. El Hiperrealismo pretende ofrecer una versión minuciosa y detallada de las imágenes. Nacido en la West-Coast de los Estados Unidos a finales de los años 60 del siglo XX, el hiperrealismo se promovió en Europa por la V Documenta (1972) de Kassel y fue confirmado por la exposición que Uldo Kulterman presentó en París bajo ese nombre. Los artistas hiperrealistas tratan de buscar, con el más radical de los verismos, una transcripción de la realidad usando los medios técnicos y fotográficos de la manipulación de las imágenes. Consiguen con la pintura al óleo o la escultura, el mismo detallismo y encuadre que ofrece la fotografía. En América del Norte, donde el pop art había arelado profundamente, el hiperrealismo se trabajaba a partir de la reproducción pintada de los objetos de consumo y de las imágenes publicitarias correspondientes. En esta línea encontramos la reproducción manual de fotografías, lo que constituye la esencia del hiperrealismo americano. Check y Don Eddy nos ofrecen en sus imágenes aquellos aspectos aburridos característicos de la civilización de masas con la misma objetividad de una cámara fotográfica que funciona mecánicamente. De hecho, transfieren a la plástica vivencias adquiridas en la cultura de la imagen.En Europa, en cambio, el hiperrealismo no suele tener connotaciones del pop art y se impregna de un lirismo casi surrealista. La obra de Antonio López es el exponente más genial de esta versión del hiperrealismo.Son importantes representantes de esta tendencia D. Hanson, J.Salt, D. Eddy, C. Clarke, J. de Andrea, J. Harvorth, A. Dworjowitz, C. Bravo., entre otros.


Fuente: http://www.artelista.com/hiperrealismo.html

Fauvismo



El fauvismo fue un movimiento pictórico francés de escasa duración. Se desarrolló entre 1904-1908 aproximadamente.
El Salón de Otoño de 1905 supuso la primera exhibición para el grupo. El crítico de arte Louis Vauxcelles tras contemplar las gamas cromáticas estridentes y agresivas de los trabajos expuestos les atribuyó el término "fauves", que en español significa fieras. El nombre asignado era en origen un calificativo peyorativo, como les sucedió a otros movimientos artísticos del S. XX, pero fue asumido por el público y posteriormente introducido en la historia del arte sin connotaciones despectivas.
El movimiento se fraguó en torno a Henri Matisse y sus integrantes fueron André Derain, Maurice de Vlaminick, Henri Manguin, Albert Marquet, Jean Puy y Emile Otón Friesz. En 1906 se unieron también George Braque y Raoul Dufy.
El Fauvismo no fue un movimiento conscientemente definido, careció de un manifiesto. Fue un mosaico de aportaciones en el que cada pintor acometía sus obras como una experiencia personal cargada de espontaneidad y de frescura. Les unió la actitud violenta con la que se enfrentaron a los convencionalismos de la época rechazando las reglas y los métodos racionales establecidos. Reaccionan contra el Impresionismo y contra la importancia que éstos habían dado a la luz a costa de la pérdida del color.
Los fauvistas creían que a través de los colores podían expresar sentimientos y este pensamiento condicionó su forma de pintar. No buscan la representación naturalista, sino realzar el valor del color en sí mismo. Por ello, rechazaron la paleta de tonos naturalistas empleada por los impresionistas a favor de los colores violentos para crear un mayor énfasis expresivo.
Emplearon una pincelada directa y vigorosa, con toques gruesos, sin mezclas, evitando matizar los colores. Las figuras resultan planas, lineales, encerradas en gruesas líneas de contorno. Sus creaciones respondían a un ejercicio de sintetización, buscan la máxima intensidad emocional combinada con la máxima simplificación de elementos. Por ello renuncian a la perspectiva clásica, al claroscuro y al modelado de los volúmenes. La luz tiende a desaparecer y con ella la profundidad. Sus temas son retratos, naturalezas muertas, personajes en interiores, paisajes hermosos.